La aromaterapia, el uso medicinal y cosmético de los aceites esenciales de las plantas, tiene en el sándalo uno de sus principales recursos, junto a otras especies bien conocidas como la lavanda, la bergamota o el vetiver. Su poderosa fragancia, entre almizclada y balsámica, muy persistente, resulta revitalizante y se destina a levantar el ánimo, o a aliviar la congestión pulmonar. En la tribuna de las esencias y los inciensos, el sándalo ocupa un lugar preeminente. El sándalo es una planta hemiparásita, como el muérdago, que se aprovecha de los árboles de su entorno inmediato para absorber nutrientes –en especial el nitrógeno– y para ganar altura y, con ella, la necesaria exposición al sol, del que obtiene la energía que precisa para prosperar en un medioambiente muy competitivo. Es una planta oportunista y luchadora, conocida en la India como Chandan, que ha sido utilizada como remedio curativo desde la Antigüedad. Aún hoy día, la planta tiene un significado trascendental en las prácticas rituales tanto hindúes, como budistas, y se quema como incienso.